Dia tras dia la sociedad,
se caracteriza por el uso generalizado de las Tecnologías de la
Información y la comunicación en todas las actividades humanas, tendientes a la
mundialización económica, política y cultural, que requiere fortalecer las
competencias personales y profesionales para afrontar las exigencias del mundo
económico global, en donde la transformación del mundo de los negocios y las
relaciones humanas ha modificado el modo en el que consumimos, producimos
y nos relacionamos, creando una nueva era llena de beneficios y riesgos.
El impacto
globalizado del mundo actual de las herramientas TIC, está llevando hacia una
profunda revolución en todos los ámbitos sociales y especialmente, al mundo
educativo, con miras a suponer nuevas formas de ver y entender el mundo que nos
rodea, proporcionando mayor rapidez para realizar trabajos, facilitando los
medios de comunicación e interacción que hoy la tecnología proporciona, como
son las vídeo clases, los vídeo talleres, las videoconferencias; entre otras,
permitiendo innovar constantemente y dando el mejor uso de las herramientas
tecnológicas en un mundo globalizado.
En este sentido,
Manuel Castells señala que uno de los principales rasgos de las sociedades del conocimiento
es precisamente la capacidad de innovar. A través de esta competencia se
transforman los procesos y surgen los cambios.
Algunas de las características
de esta sociedad son la globalización, la importancia de las TICS y el
creciente valor económico del conocimiento; traduciéndolo en un alto valor en tecnología
a través del ciclo de formación-investigación-innovación.
Teniendo en cuenta lo anterior podemos concluir, que los principales factores para el desarrollo y progreso de
la sociedad del conocimiento para el siglo XXI son la tecnología, la innovación
y la creatividad, factores que han generado cambios en todos los niveles
transformando procesos, introduciendo tecnologías, para ofrecer servicios y
productos con características mejoradas, que permiten obtener un mejor
posicionamiento en la industria, pudiendo competir en el mercado con productos
a un precio atractivo y una especialización en la productividad; entonces se
puede hablar de una sociedad innovadora, tecnológica y creativa. Summo, Voisin
y Téllez (2016) refieren que la creatividad se “enfrenta a un verdadero
desafío, ya que aparte de que no se vislumbra todavía como un valor esencial en
la formación personal del ser humano, debe difundirse en una sociedad marcada
por el uso de tecnologías cada día más desarrolladas” (p. 86).
https://www.youtube.com/watch?v=6jzaIrEgWek
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